Aprendiendo más con menos clases magistrales ¿Qué maneras de enseñar funcionan mejor y producen más aprendizaje? http://t.co/xOsVtpePF4
— Educación INTEF (@educaINTEF) enero 5, 2015
El titulo de esta entrada fue inspirado por “Teaching more by lecturing less” el excelente artículo publicado en 2005 por Jenny Knight y Bill Wood y que según Google scholar ha sido citado 392 veces en subsecuentes publicaciones. Los autores de este artículo demuestran que se puede introducir aprendizaje activo y evaluación formativa en las clases universitarias de biología y que al hacerlo se obtienen ganancias de aprendizaje que cómo se puede comprobar en las curvas de calificaciones obtenidas son significativamente mayores a las obtenidas con los métodos de enseñanza tradicionales.
Los autores además, comprobaron la reproducibilidad de sus hallazgos repitiendo en otro semestre y obtuvieron de nuevo una mejora significativa en mejor comprensión conceptual en la asignatura impartida de manera activa que en la asignatura impartida de modo tradicional. Bill Wood nos lo cuenta con mucha calma (se le entiende muy bien) en el siguiente vídeo.
Parece que es este trabajo demuestra que la enseñanza activa produce mucho más aprendizaje que la tradicional y que por tanto los profesores decentes preocupados por el aprendizaje de nuestros alumnos deberíamos abandonar la metodología de enseñanza tradicional para así lograr que nuestros alumnos aprendiesen mas y mejor. Eso haríamos como seres racionales que somos si el aprendizaje de nuestros alumnos nos importase más que nuestra propia comodidad. Sin embargo, parece que nuestro egoísmo y deseo de comodidad hacen que el orden de prioridades sea el opuesto, primero nuestra comodidad y después en último lugar el aprendizaje de nuestros alumnos.
Si nuestras instituciones nos exigiesen que utilizásemos para enseñar los métodos más eficaces y respaldados como mejores prácticas docentes por la blibliografía especializada en lugar de repetir una y otra vez lo que nos dicta la tradición y la comodidad personal, tal vez al fin cambiaríamos a regañadientes forzados por las circunstancias. Sin embargo, ni siquiera esto ocurrirá pues parece que nuestras instituciones también tienen otras prioridades más importantes que maximizar el aprendizaje de sus alumnos.
El resultado de todo ello es que los profesores se resisten con gran éxito a enseñar según los dictados de la evidencia publicada en la literatura sobre enseñanza universitaria. Por ello en esta entrada vamos a dar marcha atrás en el tiempo para mostrar en un orden cronológico algunas de las evidencias de la ineficacia de la educación universitaria tradicional para producir aprendizaje y de como esta falta de eficacia podría ser solucionada incorporando metodologías alternativas de enseñanza-aprendizaje como el aprendizaje activo, el aprendizaje inductivo y la pedagogía inversa o flipped learning.
Aprendizaje tradicional vs. Aprendizaje activo
Hestenes fue un pionero en el campo de comparar la eficacia de distintas metodologías de enseñanza y para ello utilizó dos herramientas conceptuales muy interesantes los inventarios conceptuales y las ganancias en comprensión conceptual. Usó un cuestionario de preguntas MCQ (multiple cohice questionnaire) antes de la instrucción mediante una asignatura de física para conocer el nivel de partida de sus alumnos en cuanto a su comprensión de las leyes físicas del movimiento. La medida de la comprensión conceptual de la física por los alumnos se obtenía mediante conjuntos de concept tests en los que los alumnos debían transferir su comprensión de las leyes físicas a la predicción de lo que ocurriría en nuevas situaciones hipotéticas. Así se obtenía el nivel previo de partida o pretest.
Después del periodo de aprendizaje de la física en la asignatura volvió a pedirles a sus alumnos que contestasen al mismo cuestionario para medir la ganancia de aprendizaje (posttest) y así poder comparar rigurosamente los efectos de diversas metodologías de aprendizaje sobre la ganancia de nivel de comprensión conceptual de alumnos individuales y de la clase entera como grupo.
Así mediante la realización de una prueba diagnostica inicial se establecían los niveles de comprensión de partida de cada alumno (pretest). Tras someter a grupos experimentales y control a distintos tipos de instrucción por ejemplo tradicional pasiva versus los métodos de implicación activa que es el término con el que los físicos se refieren a lo que en otras disciplinas se denomina aprendizaje activo se compararon las ganancias medias del aprendizaje restando a las puntuaciones obtenidas tras la instrucción, las puntuaciones de partida (posttest -pretest) en las clases de alumnos sometidas a los distintos tipos de enseñanza.
Estas comparaciones se realizaron entre miles de estudiantes (6000) de decenas de clases (60) en los niveles de high school, college y universidad y demostraron inequívocamente la superioridad de los métodos activos de enseñanza de la física (interactive engagement) sobre los métodos pasivos en los tres niveles formativos estudiados (high school, college, universidad). En la siguiente figura las coordenadas de cada símbolo representan por un lado el nivel de partida medio de una clase (en el eje X) y por otro la ganancia de aprendizaje adquirida en la asignatura (representada en el eje Y). Los datos de las asignaturas en las que se usaron metodologías tradicionales están representados por símbolos coloreados de albero y los de las asignaturas en las que se empleó aprendizaje activo (interactive engagement) por símbolos de color blanco.
Después del periodo de aprendizaje de la física en la asignatura volvió a pedirles a sus alumnos que contestasen al mismo cuestionario para medir la ganancia de aprendizaje (posttest) y así poder comparar rigurosamente los efectos de diversas metodologías de aprendizaje sobre la ganancia de nivel de comprensión conceptual de alumnos individuales y de la clase entera como grupo.
Así mediante la realización de una prueba diagnostica inicial se establecían los niveles de comprensión de partida de cada alumno (pretest). Tras someter a grupos experimentales y control a distintos tipos de instrucción por ejemplo tradicional pasiva versus los métodos de implicación activa que es el término con el que los físicos se refieren a lo que en otras disciplinas se denomina aprendizaje activo se compararon las ganancias medias del aprendizaje restando a las puntuaciones obtenidas tras la instrucción, las puntuaciones de partida (posttest -pretest) en las clases de alumnos sometidas a los distintos tipos de enseñanza.
Estas comparaciones se realizaron entre miles de estudiantes (6000) de decenas de clases (60) en los niveles de high school, college y universidad y demostraron inequívocamente la superioridad de los métodos activos de enseñanza de la física (interactive engagement) sobre los métodos pasivos en los tres niveles formativos estudiados (high school, college, universidad). En la siguiente figura las coordenadas de cada símbolo representan por un lado el nivel de partida medio de una clase (en el eje X) y por otro la ganancia de aprendizaje adquirida en la asignatura (representada en el eje Y). Los datos de las asignaturas en las que se usaron metodologías tradicionales están representados por símbolos coloreados de albero y los de las asignaturas en las que se empleó aprendizaje activo (interactive engagement) por símbolos de color blanco.
Al examinar los datos no hace falta ser de ciencias para darse cuenta de la neta superioridad de las metodologías activas en todos los niveles educativos estudiados (sin embargo parece que los profesores de física no se dan por aludidos). Las asignaturas activas producen una ganancia del 48% con respecto a la máxima ganancia posible mientras que las metodologías tradicionales producen una ganancia del 23%. La diferencia entre ambas ganancias es del 25%. La conclusión es clara, el alumno medio aprende más del doble de física en una asignatura con aprendizaje activo que en otra con metodología tradicional.
Estos estudios demostraron hace décadas que los métodos de aprendizaje activo producen ganancias de aprendizaje que doblan las obtenidas por metodologías tradicionales (Hake, Hestenes). Despejaron toda duda razonable acerca de la superioridad de los resultados de aprendizaje conseguidos con las metodologías activas sobre los pobres resultados obtenidos con las metodologías pasivas tradicionales.
La evidencia acerca de la eficacia del aprendizaje activo fue revisada por Prince en su artículo publicado en 2005 Does active learning work? A review of the research. Este artículo también tuvo un considerable impacto pues ha sido citado 1.603 veces según Google scholar. Sin embargo, ni siquiera la evidencia más convincente, es capaz de ablandar la marmorea caradura de los profesores más comodones y contrarrestar el peso de la inercia y la comodidad de seguir haciendo siempre lo mismo.
Pese a toda esta evidencia que señala claramente la necesidad de cambiar nuestras metodologías parece que muchos profesores de física (y de otras disciplinas) prefieren mirar para otro lado y seguir con su cómoda metodología tradicional. Si dos décadas después seguimos utilizando las metodologías tradicionales no es por falta de evidencia publicada que demuestre su eficacia sino por que no nos da la gana cambiar a metodologías de enseñanza que si son mucho más eficaces pero nos harían trabajar más y eso no nos gusta nada.
En los noventa las pedagogías activas e inductivas de segunda generación (Just in time teaching, Peer instruction, Team based learning) combinaron elementos diversos como el trabajo en equipo, el estudio previo y la evaluación adelantada con el fin de mejorar los resultados de aprendizaje. Estas metodologías de aprendizaje inverso inducían en los alumnos el estudio previo a las clases y en las clases usaban ejercicios de aprendizaje activo e inductivo. Estas técnicas (que entran dentro del concepto de lo que años después se denominó flipped learning) sirvieron para obtener mejoras significativas en las ganancias de aprendizaje y en las calificaciones obtenidas en los exámenes de evaluación del aprendizaje (Mazur ).
Estos estudios demostraron hace décadas que los métodos de aprendizaje activo producen ganancias de aprendizaje que doblan las obtenidas por metodologías tradicionales (Hake, Hestenes). Despejaron toda duda razonable acerca de la superioridad de los resultados de aprendizaje conseguidos con las metodologías activas sobre los pobres resultados obtenidos con las metodologías pasivas tradicionales.
La evidencia acerca de la eficacia del aprendizaje activo fue revisada por Prince en su artículo publicado en 2005 Does active learning work? A review of the research. Este artículo también tuvo un considerable impacto pues ha sido citado 1.603 veces según Google scholar. Sin embargo, ni siquiera la evidencia más convincente, es capaz de ablandar la marmorea caradura de los profesores más comodones y contrarrestar el peso de la inercia y la comodidad de seguir haciendo siempre lo mismo.
Pese a toda esta evidencia que señala claramente la necesidad de cambiar nuestras metodologías parece que muchos profesores de física (y de otras disciplinas) prefieren mirar para otro lado y seguir con su cómoda metodología tradicional. Si dos décadas después seguimos utilizando las metodologías tradicionales no es por falta de evidencia publicada que demuestre su eficacia sino por que no nos da la gana cambiar a metodologías de enseñanza que si son mucho más eficaces pero nos harían trabajar más y eso no nos gusta nada.
En los noventa las pedagogías activas e inductivas de segunda generación (Just in time teaching, Peer instruction, Team based learning) combinaron elementos diversos como el trabajo en equipo, el estudio previo y la evaluación adelantada con el fin de mejorar los resultados de aprendizaje. Estas metodologías de aprendizaje inverso inducían en los alumnos el estudio previo a las clases y en las clases usaban ejercicios de aprendizaje activo e inductivo. Estas técnicas (que entran dentro del concepto de lo que años después se denominó flipped learning) sirvieron para obtener mejoras significativas en las ganancias de aprendizaje y en las calificaciones obtenidas en los exámenes de evaluación del aprendizaje (Mazur ).
Eric Mazur profesor de Física de la Universidad de Harvard descubrió que con la metodología tradicional la mayor parte de los alumnos aprendían a superar los exámenes de evaluación sin comprender las leyes de la física. Dado que la metodología tradicional no servia para que sus alumnos comprendieran, el profesor Mazur, en una muestra de encomiable honestidad intelectual decidió cambiar su metodología de enseñanza entregando la información a sus alumnos para que la estudiasen y así poder dedicar el tiempo de clase a discutir las justificaciones de las distintas respuestas a preguntas en las que los alumnos tenían que aplicar las leyes de la física y predecir que ocurriría poniendo de este modo a prueba su comprensión de las leyes de la física. Mediante el uso de esta metodología las ganancias de aprendizaje de sus alumnos se duplicaron y tras mejorar su técnica combinando la con el just in time teaching hasta se triplicaron con respecto a las que sus alumnos lograban anteriormente cuando él mismo les enseñaba siguiendo la metodología tradicional de enseñanza de la Física.
Resultados similares de mejoras muy notables con respecto a los niveles de aprendizaje logrados con metodología tradicional fueron obtenidos por otros autores utilizando distintas metodologías de fomento del estudio previo como el Just in time teaching (Novak) y el team based learning (Michaelsen).
Recientemente, (en mayo de 2011) Deslauriers y cols. publicaron en la revista Science un articulo que demostraba que la clase magistral incluso cuando era impartida por un experto y bien valorado profesor lograba unas ganancias de aprendizaje muy inferiores a una enseñanza mas interactiva impartida por un posdoctoral (sin experiencia como docente senior) pero que enseñaba usando metodologías cuya eficacia había sido demostrada por investigaciones anteriores. El resultado de esta confrontación legendaria fue que David venció a Goliat por goleada. Las diferencias fueron abrumadoras, más de dos desviaciones estándar de diferencia a favor de la metodología innovadora aplicada por el profesor inexperto. El laureado experto magistral hizo el ridículo. La figura que muestra los resultados de esta comparación se reproduce aquí.
¿Funcionarán estas metodologías pese a la tradicional idiosincrasia de los alumnos íberos, celtas y celtíberos?
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Indibilis y Mandonius caudillos Ilergetas |
Afortunadamente los que nos concedieron el Premio de Innovación docente de la Universidad de Alcalá 2013-14 si se lo creyeron.
El lograr que los alumnos dediquen una cantidad de tiempo significativa a trabajar por su cuenta en la asimilación de los conocimientos de la asignatura es el elemento clave para mejorar su aprendizaje. Nosotros lo hemos conseguido con alumnos carpetanos y arévacos (de las agrestes y mesetarias regiones centrales de España) cuyos ancestros se resistieron con uñas y dientes ante la civilización por el Imperio de Roma. Además lo hemos conseguido en todas las clases en las que lo hemos intentado con bajos grados de resistencia que suelen correlacionar inversamente al curso en que se encuentran. Los alumnos de los primeros cursos se resisten más que los de los cursos más avanzados pero al final casi todos son civilizados gracias al poder de la gamificación y los sistemas de recompensas a cambio de pequeñas acciones.
Gracias a nuestras campañas de marketing y reprogramación de nuestros alumnos les hemos vendido las innegables ventajas del estudio previo para mejorar el rendimiento académico. Solo hay que mostrarles las diferencias en las calificaciones que obtienen los que lo hacen y los que no. Al reconocer el posible efecto de sus acciones sobre su rendimiento académico en nuestra asignatura hasta más de un 95% de nuestros alumnos se comportan racionalmente y realizan el estudio previo de más de la mitad de los temas. Un primer paso es realizar un estudio de learning analytics tras el primer examen de bloque para poner en evidencia la relación entre el estudio previo y la calificación. Estos resultados se muestran a los alumnos, para que vean como los resultados obtenidos en ese primer examen de módulo se correlacionan con la realización o no del estudio previo en los dos primeros temas.
La visión de estos contrastes en las calificaciones y de la proyección de resultados hacia el aprobado o suspenso de la asignatura anima a muchos alumnos que al principio no realizaron el estudio previo de los primeros temas a cambiar de actitud y adoptar el nuevo hábito de estudiar el tema que su profesor le envía y responder al cuestionario de comprobación. Los que no se animan a realizar el estudio previo de los temas después de ver esto o no tienen ninguna gana de aprobar o les falta madurez para asociar causas y efectos.
Cuando realizamos el examen de mitad de cuatrimestre (midterm) realizamos otro estudio de learning analytics y les volvemos a mostrar las calificaciones que han sacado en relación al numero de temas en los que han realizado el estudio previo. Pueden así comprobar que los alumnos que no realizan el estudio previo son los que cosechan las peores notas.Mientras que los que lo realizan obtienen las mejores. A los que no han realizado el sestudio previo todavía les que da media asignatura para cambiar sus habitos y empezar a estudiar los temas antes de que sean tratados en clase.
Cuando la primera promoción de una asignatura en la que implantamos el sistema de fomento y comprobación del estudio previo finaliza la asignatura podemos realizar otro estudio de sus calificaciones en los exámenes de integración y usarlo para animar a realizar el estudio previo a los alumnos del siguiente curso. Para ello suelo mostrarles en la presentación de la asignatura el siguiente gráfico y les pido que lo interpreten: si estas fuesen las notas obtenidas en distintas asignaturas cuál diríais que es una María cuál una ruleta rusa y cuál un hueso. Les dejo contestar y al final les revelo la verdad: no son tres asignaturas. Son la misma asignatura, concretamente la que están empezando ese día y las tres distribuciones de calificaciones se corresponden a distintos subgrupos de alumnos. La columna de la izquierda son aquellos alumnos que hicieron caso omiso de nuestros consejos y por tanto no realizaron el estudio previo de ningún tema y suspendieron todos (afortunadamente eran muy pocos). La columna del centro son las calificaciones de aquellos alumnos que realizaron el estudio previo de algún tema pero en la mayoría de los temas no lo hicieron. Finalmente la columna de la izquierda son aquellos alumnos que hicieron caso a los consejos de sus profesores y realizaron el estudio previo en más de la mitad de los temas.
Pocos alumnos universitarios pueden resistirse a este tipo de marketing y por ello el porcentaje de alumnos que estudian la mayoría de los temas aumenta rápidamente en las asignaturas en las que hemos ido implantando este sistema. Hecho que puede ser observado en la siguiente figura.
Recientemente el grupo magistrales anónimos (lecture-aholics anonymous) de la universidad de Alcalá ha demostrado con alumnos universitarios españoles nativos digitales (mayoritariamente de origen carpetano y arévaco) que cuando se logra mediante metodologías de enseñanza inversa que la mayoría de los alumnos estudien la mayoría de los temas se logran mejoras espectaculares en las calificaciones que estos obtienen en los exámenes de evaluación del aprendizaje. La siguiente figura muestra la relación histórica entre el porcentaje de alumnos que estudian la mayoría de los temas (gráficos de la fila superior) y la calificación media en los exámenes de evaluación del aprendizaje (gráficos de la fila inferior).
Nuestras experiencias combinando flipped learning, just in time teaching y gamificación son relatadas en este vídeo correspondiente a la serie de vídeos sobre innovación educativa del portal Eduland.
En el último curso hemos desarrollado una metodología flipped de segunda generación que denominamos Flipped Forte. En esta metodología el profesor responde a las dudas urgentes de sus alumnos antes de tratar el tema en clase pero después de que se lo estudien. Además, al finalizarse los bloques se realizan sesiones de entrenamiento para los exámenes y de discusión de las preguntas más difíciles que más alumnos fallaron en exámenes de bloque y de mitad de cuatrimestre. Con esta metodología mejorada que exige un poco más de trabajo por el profesor y bastante más por parte de los alumnos las mejoras en calificaciones todavía son más espectaculares.
En cinco años de uso de metodología inversa hemos mejorado espectacularmente los resultados de aprendizaje de nuestros alumnos.
En el último curso hemos desarrollado una metodología flipped de segunda generación que denominamos Flipped Forte. En esta metodología el profesor responde a las dudas urgentes de sus alumnos antes de tratar el tema en clase pero después de que se lo estudien. Además, al finalizarse los bloques se realizan sesiones de entrenamiento para los exámenes y de discusión de las preguntas más difíciles que más alumnos fallaron en exámenes de bloque y de mitad de cuatrimestre. Con esta metodología mejorada que exige un poco más de trabajo por el profesor y bastante más por parte de los alumnos las mejoras en calificaciones todavía son más espectaculares.
En cinco años de uso de metodología inversa hemos mejorado espectacularmente los resultados de aprendizaje de nuestros alumnos.
¿Por qué los profesores nos empeñamos en seguir utilizando los métodos mas ineficaces?
Siguiendo a Graham Gibbs (Twenty terrible reasons for teaching) la razón fundamental por la que los profesores universitarios prefieren seguir usando los métodos de enseñanza más ineficaces, es que aunque seamos profesores, somos profundamente ignorantes de los métodos alternativos de enseñanza y por ello seguimos obcecados en seguir empleando las tradiciones docentes de la generación anterior. En segundo lugar porque nos es mucho mas cómodo y seguro seguir haciendo lo tradicional y en tercero porque las instituciones nos siguen dejando hacer lo que nos de la gana.
Cualquier profesor que haya estudiado la literatura sobre la enseñanza universitaria (el problema es que muy pocos lo hacen espontáneamente) sabe que existen métodos alternativos a los tradicionales. También sabe que usar estos métodos mejoraría el aprendizaje de sus alumnos pero con el inconveniente de que posiblemente también le harían trabajar más a él. Ante ese dilema (y con el lamentable clima moral de nuestro país) bastantes profesores optan por lo más cómodo para su propia persona que no suele ser lo mejor para el aprendizaje de sus alumnos. A juzgar por la respuesta institucional ante esta elección pudiese parecer que están haciendo lo correcto. Trabajan lo mínimo y nadie les criticará por hacerlo. Ningún profesor tendrá problemas con su facultad si hace lo que la mayoría hacen aunque lo que la mayoría hagan sea la horrible y anacrónica clase magistral.
Cualquier profesor que haya estudiado la literatura sobre la enseñanza universitaria (el problema es que muy pocos lo hacen espontáneamente) sabe que existen métodos alternativos a los tradicionales. También sabe que usar estos métodos mejoraría el aprendizaje de sus alumnos pero con el inconveniente de que posiblemente también le harían trabajar más a él. Ante ese dilema (y con el lamentable clima moral de nuestro país) bastantes profesores optan por lo más cómodo para su propia persona que no suele ser lo mejor para el aprendizaje de sus alumnos. A juzgar por la respuesta institucional ante esta elección pudiese parecer que están haciendo lo correcto. Trabajan lo mínimo y nadie les criticará por hacerlo. Ningún profesor tendrá problemas con su facultad si hace lo que la mayoría hacen aunque lo que la mayoría hagan sea la horrible y anacrónica clase magistral.
¿Es ético seguir usando las maneras más ineficientes para enseñar aun cuando sabemos que hay otras más eficientes pero que nos harán trabajar más a los profesores?
No lo es y en otras profesiones con códigos éticos y responsabilidades legales no se consiente actuar así. En otras profesiones (como la medicina o la ingeniería) la ignorancia de la literatura profesional es considerada negligencia profesional y puede dar lugar a denuncias por daños y perjuicios causados por la mala praxis profesional. Sin embargo, los profesores universitarios tenemos venía para seguir utilizando para nuestra enseñanza los métodos más obsoletos e ineficaces.
¿Por qué ignoramos la evidencia publicada sobre las mejores prácticas y seguimos anclados a la tradición y la experiencia personal de cada profesor en lugar de basar nuestra enseñanza en las mejores practicas profesionales publicadas en la literatura especializada? La respuesta es porque nos dejan y por que a juzgar por sus actos muy pocos son los que estando en posiciones de liderazgo institucional universitario parece importarles de verdad el aprendizaje de los alumnos y por tanto no usan su poder para que las cosas cambien y mejoren. Parece más bien que en general están mucho más preocupados por las apariencias que por la realidad y por ello dedican su prioridad al "ranking positioning" con el fin de mejorar las posiciones de sus universidades en los publicitarios rankings académicos.
¿Por qué ignoramos la evidencia publicada sobre las mejores prácticas y seguimos anclados a la tradición y la experiencia personal de cada profesor en lugar de basar nuestra enseñanza en las mejores practicas profesionales publicadas en la literatura especializada? La respuesta es porque nos dejan y por que a juzgar por sus actos muy pocos son los que estando en posiciones de liderazgo institucional universitario parece importarles de verdad el aprendizaje de los alumnos y por tanto no usan su poder para que las cosas cambien y mejoren. Parece más bien que en general están mucho más preocupados por las apariencias que por la realidad y por ello dedican su prioridad al "ranking positioning" con el fin de mejorar las posiciones de sus universidades en los publicitarios rankings académicos.
¿De qué maneras podemos mejorar el aprendizaje de los alumnos universitarios?
Parece que el aprendizaje de los alumnos universitarios podría mejorarse mucho si sus experiencias de aprendizaje contribuyesen con más eficacia al desarrollo de sus competencias. Para ello los nuevos planes del EEES estaban (al menos en teoría) orientados a favorecer el desarrollo de competencias en los alumnos. Sin embargo, en relación con el desarrollo de las competencias en los alumnos universitarios parece que Bolonia se ha quedado sobre el papel. Los cambios propuestos por el EEES tenían intenciones loables a las que el profesorado de las universidades españolas se resisten con gran éxito. La imposición de un sistema de evaluación continua sentaba las bases para recompensar a los alumnos por su esfuerzo a lo largo del cuatrimestre y sin embargo no lo hemos sabido aprovechar para hacer que nuestros alumnos trabajen más. Decimos que el crédito ECTS tiene 25 horas de las cuales mas de 15 son de trabajo no presencial pero la realidad es muy distinta. La carga de trabajo real de nuestros alumnos es muy inferior a la nominal y menos tiempo de trabajo se traduce en mas diversión y vida social, pero menos aprendizaje universitario.
La obligación de dividir las grandes clases de 100 alumnos en grupos más pequeños (seminarios) en los que fuese posible un aprendizaje más activo pretende crear tiempo de clase en pequeño grupo para así realizar actividades interactivas y participativas. Sin embargo, muchos profesores persisten en dar clases magistrales hasta en sus seminarios y algunas facultades incluso acaban convirtiéndolos en “seminarios de grupo único ” para cubrir el expediente trabajando menos (¡!).
Parece que el aprendizaje de los alumnos universitarios podría mejorarse mucho si sus experiencias de aprendizaje contribuyesen con más eficacia al desarrollo de sus competencias. Para ello los nuevos planes del EEES estaban (al menos en teoría) orientados a favorecer el desarrollo de competencias en los alumnos. Sin embargo, en relación con el desarrollo de las competencias en los alumnos universitarios parece que Bolonia se ha quedado sobre el papel. Los cambios propuestos por el EEES tenían intenciones loables a las que el profesorado de las universidades españolas se resisten con gran éxito. La imposición de un sistema de evaluación continua sentaba las bases para recompensar a los alumnos por su esfuerzo a lo largo del cuatrimestre y sin embargo no lo hemos sabido aprovechar para hacer que nuestros alumnos trabajen más. Decimos que el crédito ECTS tiene 25 horas de las cuales mas de 15 son de trabajo no presencial pero la realidad es muy distinta. La carga de trabajo real de nuestros alumnos es muy inferior a la nominal y menos tiempo de trabajo se traduce en mas diversión y vida social, pero menos aprendizaje universitario.
La obligación de dividir las grandes clases de 100 alumnos en grupos más pequeños (seminarios) en los que fuese posible un aprendizaje más activo pretende crear tiempo de clase en pequeño grupo para así realizar actividades interactivas y participativas. Sin embargo, muchos profesores persisten en dar clases magistrales hasta en sus seminarios y algunas facultades incluso acaban convirtiéndolos en “seminarios de grupo único ” para cubrir el expediente trabajando menos (¡!).
Si hacemos caso de la literatura podríamos mejorar el aprendizaje de los alumnos introduciendo nuevas metodologías de aprendizaje activo e inductivo en clase, fomento del estudio previo, clases interactivas, enseñanza inversa y gamificada. Sin embargo, la mayoría de los profesores ni siquiera son conscientes del problema y por ello son muy pocos profesores los que incorporan estas metodologías.
La resistencia a la innovación en enseñanza: una cuestión de falta de profesionalidad o una falta más grave de ética profesional
La resistencia a la innovación en enseñanza: una cuestión de falta de profesionalidad o una falta más grave de ética profesional
Para poner de relieve lo absurdo de esta situación voy a hacer uso de una analogía. Si no es ético usar un placebo cuando hay tratamientos eficaces, y no aceptaríamos que un médico nos tratase con un tratamiento simplemente porque tradicionalmente se hacia así cuando él era estudiante (hace 20 o 30 años), ¿Por qué entonces aceptamos usar métodos de enseñanza ineficaces cuando hay descritos desde hace décadas otros mucho más eficaces en la literatura sobre enseñanza universitaria? Criticamos a los que ponen su propia salud en mandos de curanderos y charlatanes y no criticamos el hecho de que la educación universitaria no se realice según las evidencias publicadas en la literatura de mejores prácticas en enseñanza. Curiosa paradoja, parece que somos mas exigentes con los que tienen que sanar que con los que tienen que enseñar. Debe ser que nos tomamos mas en serio la salud que el aprendizaje.
Dejo para acabar algunas preguntas
¿Por qué como profesores negamos a nuestros alumnos lo que los médicos dan a sus pacientes? el mejor tratamiento conocido
¿Por qué nuestras instituciones (responsables del aprendizaje de sus alumnos) nos dejan seguir enseñando al modo tradicional pese a que la literatura especializada demuestra que no es lo óptimo?
Dejo para acabar algunas preguntas
¿Por qué como profesores negamos a nuestros alumnos lo que los médicos dan a sus pacientes? el mejor tratamiento conocido
¿Por qué nuestras instituciones (responsables del aprendizaje de sus alumnos) nos dejan seguir enseñando al modo tradicional pese a que la literatura especializada demuestra que no es lo óptimo?
¿Es éticamente admisible hacerlo a sabiendas? ¿es un atenuante la ignorancia de la literatura sobre la enseñanza o es un síntoma de una negligencia profesional ?
Ya esta bien de poner excusas para no hacer lo que tenemos que hacer como profesionales de la enseñanza. Tal vez algunos prefieran seguir enseñando como amateurs pero eso no debería ser un a cortapisa para los demás. El que quiera aprender sobre las maneras alternativas de enseñar que producen más y mejores resultados de aprendizaje puede leerse este libro que acabamos de publicar tres profesores universitarios expertos en metodologías inductivas.
Metodologías inductivas: el desafio de enseñar mediante el cuestionamiento y los retos
Ya esta bien de poner excusas para no hacer lo que tenemos que hacer como profesionales de la enseñanza. Tal vez algunos prefieran seguir enseñando como amateurs pero eso no debería ser un a cortapisa para los demás. El que quiera aprender sobre las maneras alternativas de enseñar que producen más y mejores resultados de aprendizaje puede leerse este libro que acabamos de publicar tres profesores universitarios expertos en metodologías inductivas.
Metodologías inductivas: el desafio de enseñar mediante el cuestionamiento y los retos
El problema es que si no cambiamos nuestras metodologías y hacemos trabajar más a nuestros alumnos en pro de su propio aprendizaje, cuando les demos el título habrán obtenido escasos aprendizajes de valor y se habrán desarrollado mucho menos de lo que deberían. Ese será el tema de la siguiente entrada de este blog: si la experiencia universitaria actual contribuye a desarrollar las competencias transversales más importantes en los alumnos universitarios o si por el contrario no lo hace en un grado suficiente.